Fiestas de los viajeros, arrieros y bandoleros de la Serranía de Ronda
Recreación de la época romántica. Un encuentro con el más genuino pasado de esta tierra legendaria y sus señas de identidad
La Feria de Mayo se concede a Ronda, como privilegio real, por la reina Juana I, “para siempre jamás”, en el año 1509, cuando tras la visita de su padre Fernando el Católico a nuestra ciudad en 1501, para sofocar la rebelión morisca, las autoridades rondeñas le solicitan la concesión de una feria franca de ganado para poder vender los excedentes “de abundantes víveres y mercadurías”, y poder a su vez aprovecharse de la exención de impuestos y de las medidas de protección y seguridad con las que contaban este tipo de actividad económica, en las que que tan solo los reyes tenían potestad para su otorgamiento. La Real Cédula de concesión de privilegio se dio en la ciudad de Toro el 17 de abril de 1509. Esta concesión, por diversos motivos, tuvo posteriormente dos refrendos, uno desde Madrid por la propia reina Juana, el 9 de marzo de 1510, y otro conferido por el rey Fernando VI, el 13 de agosto de 1753.
Esta Feria de Mayo de Ronda fue durante siglos una de las más famosas y concurridas de Andalucía. Existen un buen número de crónicas y letras flamencas que así lo refieren. Pero fue en el siglo XIX cuando alcanza su máximo esplendor, considerada entonces como la gran festividad de Andalucía. De sus celebraciones se hacen eco también los viajeros románticos que atraídos por el lugar y la fama de la fiesta llegaban hasta aquí. Son muchos los testimonios de viajeros europeos y norteamericanos que la describen a la perfección, en cuanto a su ambiente, vestimenta, mercados y los actos que se celebran.
De sus descripciones, precisamente y de sus cuadros, nace la idea de recrear históricamente la Feria de Mayo, y traer a la actualidad el ambiente que se vivía en nuestra ciudad en aquella época romántica.
Y desde el año 2016, se unen ambos acontecimientos en uno: Real Feria de Mayo y su Recreación Histórica, lo que denominamos “Ronda Romántica”, integrándose todos los actos y dándole mayor contenido a un acontecimiento que va mucho más allá de una Fiesta, ya que “Ronda Romántica” es la gran festividad de todos los pueblos y villas de la Comarca Natural de la Serranía de Ronda, es también una gran Fiesta cultural y etnográfica donde presentan su identidad, su historia y su manera de disfrutar de la vida.
Ronda sigue siendo una ciudad romántica por excelencia, pequeña, misteriosa, encantadora, llena de atractivos, “perdida en las montañas”, rodeada de pueblecitos enriscados, en lugares casi inaccesibles; llegar a Ronda estaba reservado sólo para aquellos que se arriesgaban a aventurarse por difíciles y peligrosos caminos, hoy se llega con cierta facilidad. Las impresiones y el testimonio que dejan los viajeros de su paso por la serranía y Ronda conmueve enormemente, porque les llegaba siempre a lo más hondo de su ser, como hoy sigue ocurriendo. Describieron con acierto nuestras tradiciones, nuestros modos de vida, el color popular y local de nuestra tierra, los males y la dignidad del pueblo llano. De sus mentes nació también un nuevo concepto y modo de entender el paisaje, tal y como lo consideramos hoy, la concepción moderna del paisaje. Nuestro territorio, para ellos, juega un papel fundamental, ya que en estas tierras agrestes y frondosas, en estas serranías anheladas, los románticos encontraron la vía ideal para ascender al estado de armonía y fusión que ellos buscaban. No se conformaban con ver o admirar, querían sobre todo comprender y sentir. Pintaban, describían un mundo ideal perdido, ya que el ensueño era el atributo más característico del alma romántica. Y en su búsqueda precisaban símbolos que colmaran su necesidad de paraísos perdidos, de lugares que representaran lo que ellos anhelaban, y el Campo de Gibraltar y la Serranía de Ronda fueron en muchos casos los primeros territorios románticos que descubrían a su llegada a España. Y Ronda se convierte en ciudad romántica por antonomasia que quedó indeleblemente grabada en la memoria y en la imaginación del viajero.
Plaza de Toros, una de las Plazas de Toros más antiguas de España.
En la explanada se levantan los monumentos a los célebres toreros rondeños Cayetano Ordóñez y Antonio Ordóñez, padre e hijo, respectivamente.
Calle Virgen de la Paz
Calle Carrera Espinel, popularmente conocida por calle de La Bola.
Confitería Las Campanas
Donde solemos comprar las típicas Yemas del Tajo.
Plaza e Iglesia del Socorro
VIAJEROS, ARRIEROS Y BANDOLEROS
Viajeros Románticos
Los viajeros pedían recomendación para elegir la mejor fecha para visitar Ronda, y claro el consejo en muchas de las ocasiones era que a Ronda había que venir en Feria, por el clima, por la fama de la fiesta, y porque la Serranía se presentaba realmente hermosa. Son muchas las referencias y testimonios que tenemos de estos escritores europeos y norteamericanos del siglo XIX, que la describen a la perfección, en cuanto a su ambiente, vestimenta, mercados y actos que se celebraban.
Y como muestra hacemos un recorrido por algunos de ellos: William Jacob nos describe las vestimentas, costumbres y características físicas de los rondeños allá por 1810: “Las mujeres suelen llevar vestidos amplios, de tal manera que es difícil precisar sus figuras. No usan sombreros, sino velos confeccionados con una franela azul pálido o rosa. Todos sus movimientos desprenden una gracia especial. Característico de los varones es el gorro de montera, de terciopelo negro o seda y adornado con borlas y flecos. La chaqueta es corta con botones de oro y plata y otras veces con bordados. Están muy bien proporcionados. Son robustos y activos, con una flexibilidad admirable en sus miembros, lo que sin duda contribuye a dotarlos de una agilidad sorprendente para saltar y escalar, por lo que son famosos. De alabar es la amabilidad con que tratan a los forasteros y sus modales, en general, son muy distintos de los palurdos campesinos alemanes e ingleses”. Para concluir diciendo: “…he contemplado el carácter de las personas que he conocido y, más que nada, las deslumbrantes peculiaridades de la región más pintoresca de Europa, que me han proporcionado miles de agradables sensaciones y de recuerdos en los que, con inusitado placer, me sumergiré el resto de mis días”.
Bandoleros de Ronda
Hablar de Bandolerismo en Ronda es hablar de los misterios, secretos y leyendas que esconden nuestras sierras. De aquellos forajidos del sistema que no entendían de leyes, como piratas en un océano de montañas y valles, sin patente de corso, pero sí con el favor del pueblo cuando eran avistados o arribaban a puerto; que se sentía orgulloso de ellos, de pertenecer a su misma raza. El bandolerismo existe desde que el mundo el mundo, pero fueron los viajeros románticos quienes convirtieron la historia de los nuestros en auténticos héroes legendarios.
El fenómeno del malandrín, del facineroso, del bandido, del cuatrero siempre aparece a lo largo de la historia por inconformismo, por rebeldía, por necesidad de subsistencia: hambres, guerras, epidemias, revueltas, absolutismo… fueron el caldo de cultivo para la aparición, aceptación y ascensión del bandolerismo. España siempre ha sido considerada un país de bandoleros, con múltiples manifestaciones regionales, arrancando todas desde la época antigua, la romana; otra medieval, iniciada con la conquista musulmana y que se prolonga hasta el siglo XV; otra moderna, que tiene su apogeo durante el siglo del Barroco; y finalmente otra contemporánea que, iniciada antes de la guerra de la Independencia, se prolonga hasta el primer tercio del siglo XX. Los ciegos, con su “literatura de cordel”, siglos XVI al XIX, tuvieron un papel principalísimo, de larga tradición, sobre la transmisión oral de las hazañas bandoleras, ejerciendo una influencia fundamental en la conformación popular del bandolerismo. Estas narraciones encantaban al pueblo por su virtuosismo, manifiesto tanto en la expresión verbal o musical como en la fidelidad de sus relatos o en la calidad de los mismos, aunque la verosimilitud no era un factor relevante.
Arrieros de la Serranía
Todavía los más mayores y los que vamos alcanzando cierta edad recordamos los mulos, principalmente; burros y caballos, con sus serones cargados de mercancias, entrando y saliendo de Ronda. Recorrían los pueblos, los caminos entre ellos y llegaban hasta aquí para vender lo que portaban o comprar lo que iban a vender en otros lugares. La función de los arrieros en la Feria de Mayo era fundamental, transportaban lo que luego aquí se iba a vender. La Arriería era un mundo fascinante y realmente hermoso, aunque duro y penoso a veces. La relación de estos hombres con sus animales, recorriendo ferias, cantando coplillas por caminos y trochas que conocían a la perfección, era una estampa bellísima por estas Sierras, y sus paradas en las antiguas ventas y posadas, las ambientaban con su presencia.
Merece la pena recordarlos y darles el homenaje que se merecen, pocos van quedando, pero algún que otro sigue con nosotros en este mundo moderno y totalmente transformado. Era una época de caminatas extenuantes por veredas de herradura, de amor a sus compañeros inseperables: las bestias (como también se les llamaban a estos animales), de encuentros con ladrones, con lobos, de anécdotas contadas en posadas y ventorrillos, de ferias y mercados, de subidas a puertos y bajadas por pricipicios, de canciones y chascarrillos, de aventuras comprometidas y de arriesgados encontronazos con las fuerzas del orden, por motivo de verse involucrados en los tortuosos mundos del contrabando y el estraperlo.
Alrededor de este mundo de la Arriería prosperaron otros oficios como los talabarteros, herradores y seroneros, y toda una caterva de especialistas que tenían que transportar su mercancias como, neveros, corcheros, carboneros, aguadores, recoveros, caleros, cosarios, y un largo etcétera. Todos unos tiempos y oficios que prácticamente han perecido, pero que queremos recordar o dar a conocer para que no desaparezcan de la memoria etnográfica de nuestra Serranía.
Los rondeños y serranos se sienten muy identificados con este nuevo concepto de fiesta, donde aparecen muchos valores culturales, históricos, etnográficos, gastronómicos, tradicionales y sobre todos identitarios. Todos bien conjugados y dándole la categoría que sus señas de identidad se merecen.
Vistas desde El Tajo
“Ronda Romántica” es un viaje a un pasado que aún permanece en el embrujo romántico que esta ciudad y su territorio aún no ha perdido del todo y quiere, orgullosa, mostrar.
VI FESTIVAL RECREACIONES HISTÓRICAS
Actuaciones en el Atrio de la Plaza de la Merced:
“AHC Villa de El Bosque” Toma de los franceses de la Villa de El Bosque
“AHC Carmen de Ronda” El amor por Ronda de Pierre Depá
“Bandoleros de Grazalema” Sangre y amor de la Sierra
“Alameda”
“AHC de El Burgo” Pasión Bandolera
“AHC Villa de El Bosque” cuadros de los desastres de la Guerra de Goya
Batalla de la Puente de Montejaque
VI MERCADO DE ÉPOCA ROMÁNTICA
Ubicado en la Alameda del Tajo – Jardines de Blas Infante – Plaza Duquesa de Purcent
Estancias:
Agroalimentarias
Artesanales
Pueblos
Villas -Tabernas
Asociaciones y Peñas
Fuente:
Faustino Peralta Carrasco
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