La carbonara es una clásica salsa para la pasta que se hace con nata, bacón y parmesano.
El tipo de pasta que utilizan las mammas italianas es con penne.
Es recomendable utilizar una sartén muy grande o una bandeja metálica de horno de paredes muy altas, para que puedas remover enérgicamente la pasta.
6 calabacines medianos verdes y amarillos
500 g de penne (plumas de pasta)
4 yemas de huevos ecológicos o camperos grandes
100 ml de nata doble (mínimo 35% de MG)
2 buenos puñados de queso parmesano recién rallado
aceite de oliva
12 lonchas gordas de pancetta o de bacón ahumado, cortada en lardons (tacos) gordos
1 ramito de tomillo fresco, solamente las hojas picadas. Reservar las hojas (si puedes encontrar el tomillo en floración) o unas flores de calabacín en su lugar
Sal marina y pimienta negra recién molida
Preparación:
Pon sobre el fuego una cazuela grande llena de agua salada hasta
que hierva.
Corta por la mitad o en cuatro partes longitudinalmente los calabacines que te parezcan demasiado grandes. Quítales y tira a la basura las partes que estén huecas y blandas, y corta los calabacines al sesgo en trozos del mismo tamaño y grosor que los penne. Los calabacines más pequeños se pueden cortar en lonchitas sin más.
El agua habrá comenzado ya a hervir, así que echa los
penne en la cazuela y cuécelos.
Para preparar tu salsa carbonara, pon las yemas de huevo en un cuenco, añade la nata y la mitad del parmesano y mézclalo toda junto con un tenedor. Sazona ligeramente y déjalo a un lado.
Calienta una sartén grande (de 35 cm de diámetro), echa un buen chorro de aceite de oliva y fríe la panceta o el bacón hasta que esté bien doradito y crujiente. Añade las lonchas de calabacín y 2 buenos pellizcos de pimienta negra, no solamente para sazonar, también para darle un poco de chispa.
Esparce por encima las hojas de tomillo, remueve todo un momento de modo que los calabacines se embadurnen totalmente en el aceite aromatizado con el delicioso ahumado del bacón y fríelos hasta que comiencen a dorarse ligeramente y a estar un poco tiernos.
Es muy importante que hagas a la perfección lo que viene a continuación si no quieres que tu carbonara acabe totalmente arruinada. Tienes que trabajar con rapidez. Cuando la pasta esté en su punto, escúrrela, reservando un poco del agua de cocción.
Revuelve inmediatamente la pasta con los calabacines, el bacón y los aromas deliciosos de la sartén, y a continuación, retírala del fuego y añade 1 cucharón del agua de cocción que has reservado y la salsa de nata.
Remueve todo rápidamente (no lo cocines más, porque entonces serán huevos revueltos).
Comer de inmediato.
Al tiempo que estés removiendo la pasta en la salsa, esparce por encima el resto del parmesano y un poco más del agua de cocción si fuera necesario, hasta que consigas una salsa sedosa y brillante.
Pruébalo para comprobar el sazonamiento.
Sirve inmediatamente, pues la salsa se puede poner demasiado densa y pesada si tiene que esperar demasiado.
Receta del libro:
En casa con Jamie
Encuentra tu manera de cocinar para una vida mejor
Ed: RBA Libros
Pag 134
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