Impúdica bailarina exótica, su debilidad por los militares la convirtió en espía. Aristócratas, generales, corredores de bolsa y hasta destacados políticos desfilan por su lecho a principios del siglo XX. Descarada y atrevida. Matahari, la mujer espía, es un símbolo entre costuras que inspira a escritores de todos los tiempos.
Pero el debate entre seguridad y privacidad se ha globalizado con Snowden, Assange y los ciberataques son tan peligrosos como la licencia para matar de James Bond. ¿Todo vale?
Y lo hicimos escuchando el rugido de las olas. En el Hotel Playa Victoria de Cádiz, en la cata con arte Matar a Matahari, el pasado viernes 31 de enero de 2014, donde su directora Rocío Sutil, dió la bienvenida a todos los asistentes.
Se presentaron con tres maravillosos vinos del proyecto vitícola Uvas Felices. El blanco verdejo, El Perro verde; el tinto, El Hombre Bala y; el tinto de Castilla, Sospechoso.
Lo acompañamos con una misteriosa oferta gastronómica de Javier Bocanegra, Jefe de cocina del Hotel Playa Victoria de Cádiz y con las piezas musicales de Erytehia, un grupo que nació con la inquietud de experimentar sonidos del rock y otras músicas.
- Intervenciones culturales y académicas
El Maridaje gastronómico del Playa Victoria consistió en:
Misteriosos vegetales crujientes con verdejo Perro Verde
Sopa de champiñones Harry Palmer, con vino tinto Sospechoso D.O. Tierra Castilla
"Desde Rusia con Amor" ( Kulebiaka con maiz rebozado) con garnacha El Hombre Bala
"Matahari". Sopa de limón con gelatina de café y de Gin Tonic.
Sopa de champiñones Harry Palmer, con vino tinto Sospechoso D.O. Tierra Castilla
"Desde Rusia con Amor" ( Kulebiaka con maiz rebozado) con garnacha El Hombre Bala
"Matahari". Sopa de limón con gelatina de café y de Gin Tonic.
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