Ingredientes:
1 Bizcocho de chocolate
Nata trufada:
1 ½ cubilete de azúcar
2 cucharadas de cacao amargo
1 cucharada de café soluble
2 cucharadas de coñac
2 bricks de nata liquida.
Montar la nata a velocidad 3, unos 3 minutos, añadir al final el resto de los ingredientes y mezclarlos bien.
Glaseado de chocolate:
200 gr de chocolate
100 gr de mantequilla
4 cucharadas soperas de agua.
Fundir lentamente todos los ingredientes en el microondas o al baño maría.
Mezclar para que el glaseado quede perfectamente liso.
Hacer bizcocho básico de chocolate, dejar enfríar y cortar en varias planchas. Dividir las planchas en 3 partes iguales.
Colocar varias planchas una encima de la otra y redondear un extremo, que será la popa del barco y cortar por el otro extremo, dos triángulos a cada lado, que quedará en pico y encima de este pico colocar los dos triángulos y será la proa.
Con la otra plancha, cortar dos trozos medianos, que se colocaran encima de la popa, sobresaliendo un poco de la base y por encima de estos, otros dos trozos más pequeños encima en la mitad última.
Sobre una plancha empapada con un poco de almíbar con coñac, colocar parte de los kumquats. Sobre esta poner otra plancha un poco empapada y rellenarla con nata trufada. Volver a repetir la operación según las capas que vayáis poniendo. Tapar con la última plancha y montar los otros trozos rellenándolos también.
Cubrir todo con el glaseado de chocolate y adornar.
Canción de Pirata.
Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Istambul:
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Istambul:
Navega, velero mío
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Allá; muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí; tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pechos mi valor.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
A la voz de "¡barco viene!"
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.
En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna antena,
quizá; en su propio navío
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.
Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
José de Espronceda