Viernes, 11 de noviembre · 20:00 - 23:00
Presentación del libro de poemas
"EL INICIO DEL MUNDO"
de Manuel J. Ruiz Torres
Editorial Renacimiento, 2011.
Abrirá el acto el escritor José Eduardo Tornay.
Fundación Municipal de Cultura "José Luis Cano"
Teniente Miranda, nº 118
Algeciras- Cádiz.
Según palabras del autor con motivo de un recital anterior del poemario, hace unos meses:
"La única poesía amorosa que me interesa es la que transmite una transgresión moral. Hablar del amor es presentar el modelo más personal de la forma en que organizamos nuestras relaciones con los demás. La poesía amorosa es, por supuesto, pura poesía social. Toda la sociedad actual se ha venido estructurando a partir de un modelo de amor excluyente, posesivo, dominador, resignado, embrutecedor. El discurso de ese amor basado en la desconfianza hacia los demás es la base moral de los sucesivos discursos de la rentabilidad, de la explotación, del provecho nacional, de la defensa, de las catástrofes que nos sobrevendrán si quisiéramos cambiar todo esto.
En el nombre del amor se han cometido los mayores crímenes, las negaciones más brutales de la identidad del otro, las anulaciones más rotundas. Es hora ya de ennoblecer ese mismo nombre para referirnos a la sorpresa, al crecimiento, al respeto, al empuje, a la libertad rotunda, al humor con el que nos zarandea para que no nos durmamos. Un amor de iguales que no acaba en otro, ni hace prisioneros, ni entiende de obligaciones. Que escribe su propia sintaxis de género y número de concelebrantes. Y que dura el tiempo en que sigue mejorándonos. Nada menos.
Por afinidad personal he elegido especialmente el local de La Fábrika para estrenar mis nuevos poemas, El inicio del mundo. Después de veinticinco años sin escribir poesía, construyendo en relatos este mismo discurso, quiero estrecharme aquí con mis amigos de La Palabra Itinerante, con media casa en esta Fábrika, que me han mostrado la necesidad y la utilidad de contar con belleza esta imprescindible reconstrucción del mundo."
"La única poesía amorosa que me interesa es la que transmite una transgresión moral. Hablar del amor es presentar el modelo más personal de la forma en que organizamos nuestras relaciones con los demás. La poesía amorosa es, por supuesto, pura poesía social. Toda la sociedad actual se ha venido estructurando a partir de un modelo de amor excluyente, posesivo, dominador, resignado, embrutecedor. El discurso de ese amor basado en la desconfianza hacia los demás es la base moral de los sucesivos discursos de la rentabilidad, de la explotación, del provecho nacional, de la defensa, de las catástrofes que nos sobrevendrán si quisiéramos cambiar todo esto.
En el nombre del amor se han cometido los mayores crímenes, las negaciones más brutales de la identidad del otro, las anulaciones más rotundas. Es hora ya de ennoblecer ese mismo nombre para referirnos a la sorpresa, al crecimiento, al respeto, al empuje, a la libertad rotunda, al humor con el que nos zarandea para que no nos durmamos. Un amor de iguales que no acaba en otro, ni hace prisioneros, ni entiende de obligaciones. Que escribe su propia sintaxis de género y número de concelebrantes. Y que dura el tiempo en que sigue mejorándonos. Nada menos.
Por afinidad personal he elegido especialmente el local de La Fábrika para estrenar mis nuevos poemas, El inicio del mundo. Después de veinticinco años sin escribir poesía, construyendo en relatos este mismo discurso, quiero estrecharme aquí con mis amigos de La Palabra Itinerante, con media casa en esta Fábrika, que me han mostrado la necesidad y la utilidad de contar con belleza esta imprescindible reconstrucción del mundo."
Poemas del libro:
TEORÍA DEL BIG BANG
"Ahora mismo,
en algún lugar del planeta,
alguien estará amando a alguien.
Con fulminante ternura, con rabiosa hambre,
dándose la salud
en esa confianza.
Se amarán con esa verdad
que sólo el tiempo descubre
en su tamaño.
En ese amor se expande el universo.
Yo viví algunas de sus explosiones.
La naturaleza permite, en su exigüedad,
engañarnos
la revelación de traspasar al otro,
como si de verdad nos volviéramos
parte de un mismo animal agradecido.
Pero los sentidos esconden lo fundamental.
Con el amor progresa el desorden
más hermoso,
los cuerpos apenas pueden contenerse
en su alegría sencilla
de crecer
hasta difuminarse,
libres de las peores de sus miserias,
emancipados también del otro.
Los amantes no se hacen uno.
Se multiplican, mejores, a sí mismos.
Esa libertad que a tantos asusta
me llama con tu nombre."
"Ahora mismo,
en algún lugar del planeta,
alguien estará amando a alguien.
Con fulminante ternura, con rabiosa hambre,
dándose la salud
en esa confianza.
Se amarán con esa verdad
que sólo el tiempo descubre
en su tamaño.
En ese amor se expande el universo.
Yo viví algunas de sus explosiones.
La naturaleza permite, en su exigüedad,
engañarnos
la revelación de traspasar al otro,
como si de verdad nos volviéramos
parte de un mismo animal agradecido.
Pero los sentidos esconden lo fundamental.
Con el amor progresa el desorden
más hermoso,
los cuerpos apenas pueden contenerse
en su alegría sencilla
de crecer
hasta difuminarse,
libres de las peores de sus miserias,
emancipados también del otro.
Los amantes no se hacen uno.
Se multiplican, mejores, a sí mismos.
Esa libertad que a tantos asusta
me llama con tu nombre."
RASTROS DEL PARAÍSO
"El paraíso es cálido como una alcoba ventilada al levante.
Es estrecho, ya que suelen apretarse sus inquilinos
para aprovechar mejor sus instalaciones.
Es ruidoso como la lonja del pescado el día de subasta,
porque los aún sin pecado prefieren gritar su felicidad
que ahogarla con modales.
El paraíso no tiene dueños sino usuarios
que se comportan con exquisita vehemencia.
No hay un lugar fijado en los mapas que señale el paraíso
pero quien lo necesita lo encuentra,
cierto que a veces se gasta media vida en dar con un atajo.
El paraíso tiene un bonsái de manzano en la mesilla de noche
para recordarnos el valor de sucumbir a las tentaciones.
Cualquiera se merece el paraíso aunque le ofrezcan el limbo."
Es estrecho, ya que suelen apretarse sus inquilinos
para aprovechar mejor sus instalaciones.
Es ruidoso como la lonja del pescado el día de subasta,
porque los aún sin pecado prefieren gritar su felicidad
que ahogarla con modales.
El paraíso no tiene dueños sino usuarios
que se comportan con exquisita vehemencia.
No hay un lugar fijado en los mapas que señale el paraíso
pero quien lo necesita lo encuentra,
cierto que a veces se gasta media vida en dar con un atajo.
El paraíso tiene un bonsái de manzano en la mesilla de noche
para recordarnos el valor de sucumbir a las tentaciones.
Cualquiera se merece el paraíso aunque le ofrezcan el limbo."
MUTACIÓN
"En el lado tuyo,
duermes,
mientras la vigilia de ese momento,
en su sencillez, irrepetible,
se adueña de mí, clarividente.
Alguna vez has hecho conmigo lo mismo.
Ese sueño te pertenece,
pero yo vigilaré que no te lo arrebaten,
atento a las señales
con las que el aire entra y sale
de tu alma,
tan malherida.
Te despertaré en la pesadilla.
Cuidaré el silencio cuando la placidez
te dulcifique los malos días.
Estaré contigo, hasta que quieras.
En el lado de cada uno,
algunas noches ninguno duerme,
con la inquietud
de quien, en su carga,
no consigue desprenderse de lo que la vida ensucia.
Ese insomnio, aún voraz, te pertenece,
pero yo te defenderé de él
mejor de lo que hice,
aprenderé a espantarte a quien te explote,
te libraré de mi impaciencia,
tan rigurosa.
Te aclararé de espinas el desvelo.
Y, en lo diario, protegeré tu suerte,
tan trabajada.
Estaré contigo, hasta que quieras."
"En el lado tuyo,
duermes,
mientras la vigilia de ese momento,
en su sencillez, irrepetible,
se adueña de mí, clarividente.
Alguna vez has hecho conmigo lo mismo.
Ese sueño te pertenece,
pero yo vigilaré que no te lo arrebaten,
atento a las señales
con las que el aire entra y sale
de tu alma,
tan malherida.
Te despertaré en la pesadilla.
Cuidaré el silencio cuando la placidez
te dulcifique los malos días.
Estaré contigo, hasta que quieras.
En el lado de cada uno,
algunas noches ninguno duerme,
con la inquietud
de quien, en su carga,
no consigue desprenderse de lo que la vida ensucia.
Ese insomnio, aún voraz, te pertenece,
pero yo te defenderé de él
mejor de lo que hice,
aprenderé a espantarte a quien te explote,
te libraré de mi impaciencia,
tan rigurosa.
Te aclararé de espinas el desvelo.
Y, en lo diario, protegeré tu suerte,
tan trabajada.
Estaré contigo, hasta que quieras."
Manuel Ruíz Torres.
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