·"Una receta no tiene alma, es el cocinero quien debe darle alma a la receta".


6/16/2011

JEREZ Y SUS VINOS EN LA OBRA DE GALDÓS, de José Luis Jiménez


El prestigioso investigador jerezano José Luis Jiménez García, es presidente del Cine-Club Popular de Jerez y diplomado en Cine por la Cátedra de Cine de la Universidad de Valladolid.

José Luis Jiménez es responsable de Localizaciones y coordinador de Jerez Film Commission desde el año 2000. Miembro de la Real Academia San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras, ingresó en la institución con la ponencia “Jerez y sus vinos en la Obra de Don Benito Pérez Galdós”. Es también articulista de prensa e interviene habitualmente en diferentes medios de comunicación, especialmente en coloquios sobre cine señalando la presencia del vino de jerez en innumerables películas como “Lo que el viento se llevó” y en la literatura, reivindicando la figura de Shakespeare, como uno de los grandes glosadores del jerez, quien menciona el "sherrish", tal como se conocía a finales del siglo XVI, en más de cincuenta ocasiones y en ocho de sus obras, siendo su emblemático personaje Falstaff el más aficionado a catarlo. Su famoso monólogo en la segunda parte de Enrique IV, lo termina con la célebre exclamación: "Si mil hijos tuviera el primer principio humano que les enseñaría sería el de abjurar de toda bebida insípida y dedicarse por entero al jerez".

Otras personalidades destacadas por José Luis Jiménez, que han elogiado el vino de Jerez son, Thomas Jefferson, Emily Dickinson, Edgar Allan Poe, Washington Irving, Ernest Hemingway, Lord Byron, Agatha Christie, Hans Christian Andersen, Charles Dickens, Orson Welles, Gary Cooper, Emilia Pardo Bazán, Marlene Dietrich, Jean Cocteau –que lo calificó como sangre de reyes- Marilyn Monroe y Aldous Huxley, sin olvidar a Alexander Fleming, quien visitó Jerez el 10 de junio de 1948. Durante su recorrido por las Bodegas Domecq, firmó una bota, exclamando cuando probó nuestros vinos: "Mi penicilina cura a los enfermos, pero vuestro jerez resucita a los muertos".

Nuestro conferenciante es miembro de la Red Internacional de Historiadores del Vino y de la Asociación Iberoamericana de Viticultura y Ciencias Sociales, donde ha colaborado en la Enciclopedia Iberoamericana de Cultura del Vino. Ha participado en diferentes Congresos Internacionales relacionados con el vino y su cultura: Funchal, Logroño, Nájera, El Puerto de Santa María, Jerez de la Frontera, Vilafranca del Penedés, Cáceres, Valencia, Alcalá, Las Palmas de Gran Canaria, Cambados, Talca, Mendoza y Madrid, entre otras ciudades.
Obtuvo en 2008, el Premio Patrimonio en el Festival OENOVIDEO (Francia), por la recuperación del documental más antiguo sobre los vinos del Marco del jerez. Entre sus publicaciones destaca el libro “Tío Pepe: de la copa al libro” y conjuntamente con Frédéric Duhart, “Les imaginaires du xérès: vin, représentation et identité”.

El Cine Club Popular de Jerez, que preside José Luis Jiménez, dispone de un centro de documentación integrado por más de 4.000 volúmenes y diversas colecciones de revistas especializadas que abarcan desde los años 30 hasta la actualidad, además de un importante archivo gráfico de carteles, fotografías y publicidad cinematográfica. Este fondo documental, considerado como uno de los mejores de Andalucía, está a disposición de todos los interesados en la Biblioteca Municipal de Jerez de la Frontera.

Fuente: AUM-Jerez


*MÁS INFORMACIÓN EN: JEREZ DE CINE 

"El vino de Jerez no se hará presente en la literatura española hasta bien entrado el siglo XIX. Son anecdóticas las referencias que sobre el jerez podemos encontrar en los escritores españoles de siglos precedentes.

El XIX será el momento de mayor esplendor y fama de los vinos de nuestra tierra. Un prestigio que tendrá su refrendo en las historias de ficción surgida de la pluma de los intelectuales nacionales.

Sus personajes imaginarios, al igual que sus creadores, harán aprecio constante de los valores excepcionales que posee el jerez, ya sea como condimento y complemento en las comidas, como aperitivo, como reconstituyente para la salud o como especial agasajo a los amigos e invitados.

En este periodo, y a caballo entre el XIX y el XX, surgirá la gran figura de un hombre, que venido de las Canarias, va a marcar profundamente nuestras letras, rompiendo con la tradición romántica y adentrándose por los derroteros del realismo y el naturalismo de sus contemporáneos europeos: Benito Pérez Galdós (1843-1920).

En su primera novela “ La Fontana de Oro ”, escrita en 1870, Galdós dejará patente su afición al jerez. De seguro que él mismo visitaría ese famoso café madrileño o el Lorencini, al igual que los jóvenes de la historia: “ La onza semestral del Doctrino perecía en Lorencini o en la Fontana en dos días de café, chocolate y jerez ”.

Otro lugar, visitado por Galdós en el Madrid de la época, sería el restaurante de ambiente popular, La Fonda Española, donde se reunían intelectuales, militares y políticos. En ese ambiente, descrito en “ Montes de Oca ”, de 1900, el jerez acompañaba las encendidas tertulias, y donde se consumía: “ un jerez familiar y baratito para los libertinos domingueros, y para los que iban de jolgorio, con mujerio o sin él ”.

Pero no sólo se podía encontrar el jerez en los lugares más tradicionales sino en los de postín, como en el Genieys, tal como se puede ver en otro Episodio nacional, “ La estafeta romántica ”: “ Corrieron el jerez y el champagne ”.

Sus maravillosas historias de ficción serán como magníficos escaparates de nuestros vinos. No en balde podemos encontrar estas referencias en diez de sus Episodios nacionales, ocho novelas y dos obras de teatro.

No hay constancia documental sobre una posible visita de Galdós a la ciudad de Jerez, aunque la descripción que hace en su relato, escrito en 1877, “ Theros ”, parece confirmar que pudo pasear por sus calles y visitar alguna bodega, posiblemente González Byass, cuando escribe: “ el exquisito olor de las jerezanas bodegas, que más cerca estaban a cada minuto ”, para continuar. “ Estábamos en la más colosal taberna que han visto los siglos. Llena de lo más fino, delicado y corroborante que en materia de néctares existe ”; para finalizar: “ Yo fui de los seducidos, y antes de que el tren partiera me llené el cuerpo de rayos de sol ”.

Encontramos, también, descripciones de la ciudad en “ Fortunata y Jacinta ”: “ Pero al llegar a la estación de Jerez ocurrió algo que hizo revivir inesperadamente lo que ambos querían olvidar ”.

E igualmente en “ Lo prohibido ”, de 1884. El personaje principal de la obra mantiene relaciones familiares y de negocios con Jerez: “ Murió mi buena madre cuando yo tenía veinticinco años y entonces me vine a Jerez, donde estaba establecido mi padre ”. Más adelante, cuando se plantea la vuelta a Jerez, habla del ambiente social y económico: “¿ Y a donde demonios me iba? ¿A Jerez?. La situación comercial y agraria de aquel país era muy alarmante. Bueno estaría que me cogieran los de la Mano Negra y me degollaran ”.

Es curioso constatar cómo Galdós introduce el jerez en sus creaciones literarias, como un elemento con cualidades casi medicinales, lo vemos en “ El amigo Manso ” “ Doña Javiera le recetaba vino de Jerez y agua de hojas de naranjo agrio ”. Recomendado por los especialistas en “ La de Bringas ”: “ El médico me dice que tome un dedito de Jerez ” , y en “ Fortunata y Jacinta ”: “ El doctor había recomendado que se le diera doble dosis de nuez vómica, seguir con las cucharadas por la noche, las papeletitas por el día, y a sus horas el Jerez o Pajarete ”.

Incluso en “ Las tormentas del 48 ”, publicada en 1902, parece adelantarse a la famosa frase de Fleming, cuando éste visitó una bodega, de que el jerez resucita a los muertos. “... y que hiciésemos la última prueba dándole de beber Jerez superior, a ver si pega un bote la naturaleza, ya tan decaída, y se levanta”.

La sabia tradición popular, reflejada en la detallista pluma de Pérez Galdós, confiere a nuestros caldos una acción de tónico y reconstituyente, ya solo o como condimento a ciertos platos; es lo que el viejo Don Lope la da a Tristana en la novela del mismo nombre: “ ya no otra cosa, el caldo y la copita de Jerez”. O bien las desfallecidas y asustadas mujeres de “ Luchana ”, pedirán con el caldo: “ dos copas de Jerez con sus bizcochos correspondientes ”.

Como vemos, la gastronomía y el jerez han mantenido desde siempre una especial unión, corroborada en “ El Doctor Centeno ”: “ Felipe oyó hablar de Jerez, de empanadas de anguilas, de capones cebados, de escabechadas truchas... ”, y afirmada entre los aperitivos que ofrece un anfitrión a sus invitados en “ De Cartago a Sagunto ”: “¿Quieres huevas de jumol? ¿Una copa de jerez? ¿Dátiles de mar? ¿Unos pastelillos de estos de crema que están tan ricos?”.

Nuestro candidato al Premio Nobel de Literatura, Galdós, no fue ajeno a la poderosa influencia de Inglaterra en los vinos de Jerez, tal como se deja patente en “ Trafalgar ”, cuando Malespina cuenta lo que solía tomar en el almuerzo el rey Jorge III y él.:“... pescadillas y unas cañitas de jerez ”; en “ Cádiz ”, al poner en boca de lord Gray la famosa frase: “ Si Dios no hubiese hecho Jerez, ¡cuán imperfecta sería su obra ”. Para finalizar, Gabriel Araceli, en “ La batalla de Arapiles ”, editada en 1875, describe con que se brindaba a la salud de Inglaterra y España al compartir, españoles e ingleses: “ botellas de vino de Jerez ”.

Otro aspecto a considerar en las especiales y jugosas relaciones mantenidas entre Galdós y sus novelas con el vino de Jerez es la de ser primordial elemento en las relaciones humanas y sociales. Galdós no entiende una buena charla entre amigos sin la presencia de una copa de jerez, demostrado en “ Aita Tettauen : “ El buen jerez prodigado por Halconero avivó los fuegos patrióticos de la tertulia ”. Y en “ Misericordia ”, Doña Paca envía a Nina a que trajera, para su invitado, Frasquito: “ dos botellas de jerez, pavo en gelatina, huevo hilado y cabeza de jabalí”.

Cerraremos con una frase, que además es una invitación que hago mía, extraída de su obra, escrita en 1906, “ La vuelta al mundo en la Numancia ”: “ Vamos, no sea remolón: nos espera el amigo jerez, que es mi alegría y el descanso de mis penas ”.

Por todo ello, y con motivo de la solicitud, por parte del Cine-Club Popular de Jerez, al Ayuntamiento de Jerez para reponer una calle de la ciudad a este insigne escritor de las letras españolas que tanto aprecio demostró a nuestros vinos, el Consejo Regulador debería plantearse realizar un acto de homenaje para dejar constancia de su agradecimiento; reconociendo como es debido la labor de promoción y difusión que Galdós hizo del jerez, ampliando con ello su fama universal. O bien, uniendo esfuerzos con el Ayuntamiento de la ciudad, y dedicarle un homenaje en las próximas Fiestas de Otoño, en el mes de septiembre, en el mes de la Vendimia."

OBRAS DE GALDÓS CON REFERENCIA AL JEREZ:

Episodios nacionales :

“Trafalgar” (1873)

“Cádiz” (1874)

“La batalla de Arapiles” (1875)

“Luchana” (1899)

“La estafeta romántica” (1899)

“Montes de Oca” (1900)

“Las tormentas del 48” (1902)

“Aita Tettauen” (1904)

“La vuelta al mundo en la Numancia” (1906)

“De Cartago a Sagunto” (1911)

Novelas :

“La Fontana de Oro” (1870)

“El amigo Manso” (1882)

“El Doctor Centeno” (1883)

“La de Bringas” (1884)

“Lo prohibido” (1884)

“Fortunata y Jacinta” (1886)

“Tristana” (1892)

“Misericordia” (1897)

Teatro :

“La de San Quintín” (1894)

“Doña Perfecta” (1896)

Relato :

“Theros” (1877)
 

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