Hoy hice esta humilde sopa tradicional chilena, que suelen comer muy a menudo en sus casas, como alimento reconstituyente y reconfortante al estómago.
También es habitual tomarlas con la familia y amigos los fines de semana en restaurantes, tipos a los que en mi zona llamamos "Ventas", a precios muy asequibles.
Como muchas "Cazuelas"de este tipo, no tiene ingredientes exactos, cada familia tiene su fórmula, se suelen utilizar ingredientes que se tienen a mano, y según la estación en que se haga, por lo que la hace muy asequible para todos.
Para hacer esta receta me orienté en una que leí en el libro "MÁS ALLÁ DEL INVIERNO", de la escritora chilena Isabel Allende.
"Aprovechando la inesperada libertad de ese día, preparó una cazuela levantamuertos, esa sopa chilena que compone el ánimo en la desgracia y el cuerpo en las enfermedades. Lucía llevaba más de cuatro meses en Estados Unidos alimentándose en la cafetería de la universidad, sin ánimos para cocinar, salvo en un par de ocasiones en que lo hizo impulsada por la nostalgia o por la intención de festejar una amistad. Para esa cazuela auténtica hizo un caldo sustancioso y bien condimentado, puso a freír cebolla y carne, coció por separado verduras, papas y calabaza, y por último agregó arroz. Usó todas las ollas y la primitiva cocina del sótano quedó como después de un bombardeo, pero el resultado valió la pena y disipó la sensación de soledad que la había asaltado cuando empezó el vendaval. Esa soledad, que antes llegaba sin anunciarse, como insidiosa visitante, quedó relegada al último rincón de su conciencia."
También es habitual tomarlas con la familia y amigos los fines de semana en restaurantes, tipos a los que en mi zona llamamos "Ventas", a precios muy asequibles.
Como muchas "Cazuelas"de este tipo, no tiene ingredientes exactos, cada familia tiene su fórmula, se suelen utilizar ingredientes que se tienen a mano, y según la estación en que se haga, por lo que la hace muy asequible para todos.
Para hacer esta receta me orienté en una que leí en el libro "MÁS ALLÁ DEL INVIERNO", de la escritora chilena Isabel Allende.
"Aprovechando la inesperada libertad de ese día, preparó una cazuela levantamuertos, esa sopa chilena que compone el ánimo en la desgracia y el cuerpo en las enfermedades. Lucía llevaba más de cuatro meses en Estados Unidos alimentándose en la cafetería de la universidad, sin ánimos para cocinar, salvo en un par de ocasiones en que lo hizo impulsada por la nostalgia o por la intención de festejar una amistad. Para esa cazuela auténtica hizo un caldo sustancioso y bien condimentado, puso a freír cebolla y carne, coció por separado verduras, papas y calabaza, y por último agregó arroz. Usó todas las ollas y la primitiva cocina del sótano quedó como después de un bombardeo, pero el resultado valió la pena y disipó la sensación de soledad que la había asaltado cuando empezó el vendaval. Esa soledad, que antes llegaba sin anunciarse, como insidiosa visitante, quedó relegada al último rincón de su conciencia."
(Fragmento del libro "MÁS ALLÁ DEL INVIERNO", de Isabel Allende).
En esta ocasión la preparé en la Olla o Putxera ferroviaria multiuso 24 raciones de Asador Victoria.
CAZUELA LEVANTAMUERTOS
CAZUELA LEVANTAMUERTOS
Putxera ferroviaria multiuso 24 raciones
Pastillas ecológicas o gel de encendido de encendido
2 kg de carbón de encina
Pastillas ecológicas o gel de encendido de encendido
1 gallina o pollo campero
1 kg de morcillo de ternera
1 cebolla grande
5 dientes de ajo
1 puerro
1 vaso de vino blanco seco
3 litros de caldo, aprox.
3 litros de caldo, aprox.
2 zanahorias
1/4 kg de calabaza
1/4 kg de calabaza
2 mazorcas de maíz dulce
2 patatas grandes
250 gr de judías verdes planas, opcional
250 gr de judías verdes planas, opcional
1/2 vaso de arroz, opcional
aceite
sal
pimienta negra
tomillo
cilantro o perejil fresco, para decorar
Preparación:
Prender la olla ferroviaria introduciendo las pastillas en el hueco destinado a tal fin, y seguidamente echar el carbón con los tiros superiores e inferiores abiertos y esperar a que la temperatura esté a unos 200ºC.
Preparar un caldo con verduras y las carcasas, cuello y alas del pollo.
Limpiar el pollo y cortarlo junto con el morcillo en trozos grandes. Salpimentar las carnes y rebozarlas con harina.
Una vez alcanzada la temperatura, introducir la olla, poner un poco de aceite y freír ligeramente las carnes rebozadas.
Prender la olla ferroviaria introduciendo las pastillas en el hueco destinado a tal fin, y seguidamente echar el carbón con los tiros superiores e inferiores abiertos y esperar a que la temperatura esté a unos 200ºC.
Preparar un caldo con verduras y las carcasas, cuello y alas del pollo.
Limpiar el pollo y cortarlo junto con el morcillo en trozos grandes. Salpimentar las carnes y rebozarlas con harina.
Una vez alcanzada la temperatura, introducir la olla, poner un poco de aceite y freír ligeramente las carnes rebozadas.
Añadir la cebolla y el puerro cortados en trozos grandes, los ajos enteros y aplastados, y pochar todo junto hasta que quede todo dorado.
Regar con el vino, remover y dejar evaporar el alcohol.
Regar con el vino, remover y dejar evaporar el alcohol.
Cubrir todo con caldo o agua, aderezar con el tomillo, sal y pimienta, tapar y cocinar unos 10 minutos con los tiros abiertos.
Cerrar los tiros y dejar, tapar y dejar cocer otros 25-30 minutos más o hasta que las carnes estén tiernas.
Cerrar los tiros y dejar, tapar y dejar cocer otros 25-30 minutos más o hasta que las carnes estén tiernas.
Seguidamente, añadir las judías verdes, las zanahorias y las papas peladas y cortadas en trozos, las mazorcas cortadas en 3-4 trozos, y el arroz (opcional), remover, rectificar de sal.
Añadir más agua hasta que cubra todos los ingredientes y tapar.
Abrir los tiros y dejar cocer unos 15 minutos más, removiendo de vez en cuando y vigilando que no se nos pegue al fondo.
Retirar del fuego y dejar reposar un buen rato para que se integren bien los sabores.
Añadir más agua hasta que cubra todos los ingredientes y tapar.
Abrir los tiros y dejar cocer unos 15 minutos más, removiendo de vez en cuando y vigilando que no se nos pegue al fondo.
Retirar del fuego y dejar reposar un buen rato para que se integren bien los sabores.