Dorada salvaje de 1 kilo 300 gramos, pescada con palangre y comprada hoy en el Mercado Central de Abastos de Cádiz.
La preparamos rebozadas con harina Quillo roble (especial fritos), que compramos en Francisco Galindo Escudero S.A. "Harinera Castellana, Medina del Campo (Valladolid) y luego fritas en aceite de oliva, como diríamos en Cádiz a"frito pejeta"...La pesca con palangre está considerada como la pesca más selectiva que existe, ya que utiliza anzuelos cebados de distintos tamaños en función de la especie a la que se dirige.
Los pescadores españoles fueron los percusores de este arte de pesca en el siglo XIX. En términos generales este tipo de pesca consiste en una línea principal, que trabaja paralela al fondo, a la que se amarran muchos ramales o brazoladas dotados de un anzuelo cebado en el extremo libre.
Dependiendo de la especie objetivo se utilizan boyas y otadores, con o sin peso, para localizar la posición de la línea en el fondo marino o a la profundidad requerida según la especie que deseen capturar. Así, tenemos palangre de super- cie, que dirige su pesquería a la captura de pez espada, grandes túnidos, tintorera o marrajos y palometa; y palangre de fondo que trae a los puertos merluza, congrio, besugo, mero o palometa, entre otros.
En función de las modalidades descritas, la variedad de embarcaciones es enorme: desde el pequeño buque palangrero artesanal, de 5 ó 6 metros de eslora y 40-80 cv de potencia, hasta el gran buque palangrero de altura, que puede lle- gar hasta los 100 metros de eslora. En cualquier caso, el modo de operar siempre es el mismo: se larga el aparejo por la popa, a mayor o menor velocidad y se recoge, siempre por un costado, con medios más o menos automatizados. La tripulación varía entre los cinco y los 20 hombres.
Los anzuelos van cebados y en función de la especie que queremos capturar, utilizamos una u otra especie de escaso valor, como sardinas y caballas, calamares, gambas, cangrejos, sepias, pulpos, mejillones, boquerones o alachas. Generalmente el cebo se usa entero, salvo en las especies más grandes que se trocean. Actualmente se utilizan sistemas mecánicos para el cebado que agilizan la maniobra para largar la línea.
Los palangres pueden llegar a medir hasta 15 kilómetros y llevar 4.000 anzuelos, en el caso de los de fondo y hasta 60 kilómetros de longitud y 10.000 anzuelos en los de superficie.
El aspecto y el estado de conservación de los ejemplares pescados con palangre son de los mejores, ya que este arte no daña las capturas, que alcanzan un elevado valor en el mercado por su calidad.
Dibujo: Internet
PALANGRE DE SUPERFICIE
La ota palangrera española cuenta con cerca de 300 buques que, desde el comienzo de su actividad allá por el siglo XIX, han faenado en las aguas nacionales e internacionales del Océano Atlántico y Mediterráneo. Posteriormente, y debido a las regulaciones establecidas para el pez espada en el seno de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), la ota palangrera de superficie se vio obligada a ampliar su actividad a caladeros del Océano Pacífico e Índico, convirtiéndose en uno de los subsectores más dinámicos en cuanto a su adaptabilidad técnica y búsqueda de caladeros.
Si bien en un principio la ota palangrera de supercie nació para pescar pez espada, debido a que en los últimos años se han producido importantes desequilibrios de precios en el mercado internacional de este pez, las capturas de especies denominadas asociadas, fundamentalmente tintoreras y marrajos, han ido cobrando una importancia creciente en la rentabilidad de esta ota; así, a mediados de los años 80, las capturas asociadas a la pesquería de palangre española representaban el 10% del valor en primera venta por marea, alcan- zando en la actualidad el 50% de este valor.
La ota palangrera de super cie costera se destina a la captura de especies pelágicas medianas como la caballa, bonitos o estorninos. Se suelen calar de noche y se recogen al alba para que los depredadores marinos no se coman las capturas.
PALANGRE DE FONDO
El palangre de fondo es el más característico y generalizado en todas las costas peninsulares. Según la zona en la que se cale se clasifica en palangre de altura o palangre de costa.
Los palangres costeros tienen unas dimensiones más reducidas y se calan a profundidades más someras, entre los 80 y los 300 metros. Existen variedades según el tamaño del arte o la especie a la que se dirigen: amantero, palangrillo, palangrón. Sus especies objetivo son la merluza, el besugo, el aligote, el pargo, la lubina o la gallineta.
En el Golfo de Cádiz y en el Estrecho de Gibraltar hay una modalidad de palangre de fondo específica dirigida a la captura del voraz o besugo. El palangre de fondo de altura cala a profundidades entre los 400 y los 800 metros para pescar grandes congrios y merluzas, bacalao, rape, gallo, y otros peces demersales.
Por lo general el aparejo se cala al anochecer y se levanta al amanecer o incluso antes, para evitar que los grandes carroñeros (crustáceos y cangrejos de fondo) acaben con los peces que han picado los anzuelos depositados en el fondo.
PALANGRE PIEDRA BOLA
A medio camino entre el de fondo y el de pro- fundidad, desde el Cantábrico se extendió otra modalidad palangrera: piedra-bola. Ésta variante cala los anzuelos a media profundidad, entre los 60 y los 200 metros según la especie que preten- de capturar. Suelen ser peces que se mueven bien en migraciones verticales como grades congrios, merluzas, gallineta o brótola.
Su nombre lo obtiene de la alternancia de pesos y boyas que lleva el palangre para mantener los anzuelos a media profundidad.
Fuente:www.cepesca.es
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