Con toques de un sabor dulce-afrutado y ahumado, y un picante que va en aumento pero nunca se vuelve demasiado potente, estos copos de guindilla coreana, de tonos rojos vibrantes e intensos, son un ingrediente indispensable a la hora de crear exquisitos platos coreanos como el Kimchi (col fermentada), el Bulgogi y salteados orientales, además de dips y marinadas para la carne.
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