Para ello, contamos con las desinteresadas y muy documentadas explicaciones de Rubén Sánchez Cáceres, ingeniero agrónomo y de Luís Ibáñez, agricultor del Navazo del que tuvimos la oportunidad de conocer en esta ocasión.
"El Navazo, un ejemplo del patrimonio rural de Sanlúcar de Barrameda"
"En multitud de ocasiones, el medio rural ha sido
presentado como una sociedad estancada
culturalmente. En contraposición se nos presenta el
medio urbano donde monumentos, bibliotecas y
museos son muestras de la conservación del
patrimonio cultural colectivo.
Sin embargo, el medio rural suele albergar culturas locales endémicas que combinan patrimonio etnológico, arquitectónico y natural. Culturas que nos hablan de la relación entre el hombre y el medio natural, transmitidas de generación en generación y en muchas ocasiones olvidadas por la nuestra.
Sin embargo, el medio rural suele albergar culturas locales endémicas que combinan patrimonio etnológico, arquitectónico y natural. Culturas que nos hablan de la relación entre el hombre y el medio natural, transmitidas de generación en generación y en muchas ocasiones olvidadas por la nuestra.
Como ejemplo gráfico tenemos el de los navazos, un sistema de cultivo tradicional y casi exclusivo de
Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), que consiste en huertas en forma de cubeta que permite el riego
autónomo (por ascenso capilar) con agua del subsuelo. Tiene su fundamento físico inverso al empleado
en el “enarenado” de Almería y su práctica se generalizó en la comarca gaditana durante el siglo XVIII.
El sistema apunta a ser de origen árabe, presentando diversas características que se describen en el paisaje rural del mundo andalusí: asentamientos con una organización económica primordialmente agrícola, generalización de la horticultura de regadío. Policultivos demandantes de trabajo continuado, la no dependencia de señores de rentas y sistemas de gavias interconectadas son otras de las características diferenciadoras que apuntan al origen andalusí .
Según la etimología del nombre, hay quien sostiene que la palabra “navazo” proviene del vocablo árabe nevaa o nevat, que significa manar agua. Otra teoría, menos apoyada, argumenta que viene del euskera “nava”, que significa “llanura pantanosa entre montañas”.
Las primeras noticias escritas que se tienen sobre la existencia de navazos son del siglo XVI y sabemos que en el XVIII se promovió su implantación, para contener el alarmante avance de las dunas que se formaron desde la playa del Espíritu Santo hasta Bonanza.
El medio natural original, en este caso, es fácil de contemplar actualmente y sería idéntico a la orilla opuesta de la desembocadura del río Guadalquivir (Parque Nacional de Doñana). Un sistema de dunas de arenas silíceas muy estériles sobre una llanura arcillosa muy impermeable que evita la infiltración del agua."
En la actualidad, la presión urbanística es fuerte debido al alto valor del suelo que ocupan (primera línea de playa). La carencia total de reconocimiento como patrimonio rural hace que estén desapareciendo rápidamente. Se hace necesario actuaciones encaminadas a su estudio, puesta en valor y posterior conservación de este sistema de cultivo que presenta una entidad propia merecedora, sin lugar a dudas, de su conservación.
El sistema apunta a ser de origen árabe, presentando diversas características que se describen en el paisaje rural del mundo andalusí: asentamientos con una organización económica primordialmente agrícola, generalización de la horticultura de regadío. Policultivos demandantes de trabajo continuado, la no dependencia de señores de rentas y sistemas de gavias interconectadas son otras de las características diferenciadoras que apuntan al origen andalusí .
Según la etimología del nombre, hay quien sostiene que la palabra “navazo” proviene del vocablo árabe nevaa o nevat, que significa manar agua. Otra teoría, menos apoyada, argumenta que viene del euskera “nava”, que significa “llanura pantanosa entre montañas”.
Las primeras noticias escritas que se tienen sobre la existencia de navazos son del siglo XVI y sabemos que en el XVIII se promovió su implantación, para contener el alarmante avance de las dunas que se formaron desde la playa del Espíritu Santo hasta Bonanza.
El medio natural original, en este caso, es fácil de contemplar actualmente y sería idéntico a la orilla opuesta de la desembocadura del río Guadalquivir (Parque Nacional de Doñana). Un sistema de dunas de arenas silíceas muy estériles sobre una llanura arcillosa muy impermeable que evita la infiltración del agua."
La integración de la actividad humana en el medio llevó a la
creación de huertos sobre una planicie cavada en profundidad
para acercar las raíces al agua del subsuelo. No era por tanto
necesario regar más que en el estado de plántula, que se hacía a
mano con jarras. Una vez desarrollada las raíces, el agua, que
ascendía por capilaridad, mantenía una zona con un grado de
humedad óptimo para el desarrollo de las plantas cultivadas.
Las arenas procedentes de la construcción del navazo se depositaban en el perímetro, constituyendo los “bardos” a modo de cortavientos, en los que se plantaban frutales para su contención. El límite de la finca lo constituía “el vallao”, un seto a partir de yucas y chumberas que evitaba la entrada de personas y animales. La vivienda estaba integrada en el navazo (choza) además de gallinas y animales que ayudaban en las labores.
A los pies del bardo, una zanja o gavia rodeaba (y a veces cruzaba
una o varias veces) la planicie cultivada con el fin de recoger el
agua en años lluviosos, depositándola en una poza o caja de
mampostería. De ésta salía un conducto que la vertía a la playa
cuando sobraba. La gavia se protegía con cañaverales que dividía
el terreno en cuarteladas y en algunas de ellas se construía un
“tollo” de forma cónica ensanchando la gavia para abastecer de agua y comprobar el nivel.
Los navazos más valiosos eran los que se encontraban situados a pie de playa, ya que los flujos de las mareas hacían que el nivel del agua subiera y bajara cada 12 horas, realizando un riego y siendo más beneficioso para las plantas además de tener desagüe al mar.
Las arenas procedentes de la construcción del navazo se depositaban en el perímetro, constituyendo los “bardos” a modo de cortavientos, en los que se plantaban frutales para su contención. El límite de la finca lo constituía “el vallao”, un seto a partir de yucas y chumberas que evitaba la entrada de personas y animales. La vivienda estaba integrada en el navazo (choza) además de gallinas y animales que ayudaban en las labores.
A los pies del bardo, una zanja o gavia rodeaba (y a veces cruzaba
una o varias veces) la planicie cultivada con el fin de recoger el
agua en años lluviosos, depositándola en una poza o caja de
mampostería. De ésta salía un conducto que la vertía a la playa
cuando sobraba. La gavia se protegía con cañaverales que dividía
el terreno en cuarteladas y en algunas de ellas se construía un
“tollo” de forma cónica ensanchando la gavia para abastecer de agua y comprobar el nivel.
Los navazos más valiosos eran los que se encontraban situados a pie de playa, ya que los flujos de las mareas hacían que el nivel del agua subiera y bajara cada 12 horas, realizando un riego y siendo más beneficioso para las plantas además de tener desagüe al mar.
Los cultivos tradicionales se convierten en
refugio de fauna y flora amenazada, como por ejemplo el Camaleón y la Azucena de Mar.
Media
aranzada de hoyo de navazo, bien cuidado por el dueño, mantiene su familia y da ocupación a varios
jornaleros”.
El navazo presentaba unas propiedades térmicas particulares, semejantes a las de un invernadero,
aunque de forma atenuada. El bardo, debido a su inclinación, muy perpendicular a los rayos del sol,
aprovechaba al máximo su radiación. Además, resguardaba el interior de los vientos de levante y
poniente, con lo que se conseguía una producción temprana y abundante.
Los principales cultivos son coliflores, papas, maíz, sandía, melones, frijones, lechugas, habas, tomates, y ocasionalmente pimientos. Estos cultivos estan regidos tradicionalmente por el ciclo de la papa, muy apreciada en la zona hasta la actualidad. La superficie se aprovechaba al completo con la plantación en los bardos de cebollas, calabazas, sidra, membrillo, cepas y algunos frutales, como ciruelos, damascos y albérchigos, que favorecían la contención de las arenas de los bardos.
Una técnica de cultivo muy empleada era la llamada "cultivo en trama" consistente en realizar una cavidad en superficie de unos 10 cm de profundidad donde se depositaba la "priva" mezclada con restos vegetales destinada a la fertilización de cuatro plantas dispuestas alrededor. En el caso de la papa la cavidad era más pequeña y solo se le colocaba una planta.
Otra curiosidad era la disposición de la cochinera cavada en profundidad y construidas con un muro de contención. Tras engorde, cuando el nivel de estiércol subía al límite, se realizaba la matanza y utilizaba la cama para la fertilización de los cultivos.
El navazo además se comportaba como una unidad de explotación integrada y diversificada, siendo habitual hasta los años 30 tener más de una vaca, becerros, cerdos, y otros animales en cada unidad familiar. Su producción se destinaba al mercado local y el autoconsumo era escaso.
Lo que sí se sabe es que los navaceros constituían una clase social muy trabajadora, cualificada y de cierto poder económico que ha solventado diferentes crisis productivas. La primera crisis ocurrió en los años sesenta como consecuencia de la mecanización. El empleo generalizado de la bomba hidráulica hizo que su antiguo sistema de riego ya no fuera tan ventajoso. La rentabilidad del antiguo navazo queda en entredicho y los navaceros dieron respuesta con diferentes estrategias: ampliando la superficie de cultivo con la ocupación de la franja comunal en La Colonia, allanando los bardos, creando cooperativas e incorporando los avances técnicos. En una segunda crisis en los años setenta y ochenta, el navacero ha necesitado intensificar aun más su producción para poder dejar a más hijos con medios de producción propios. Como consecuencia de esta intensificación, tenemos la floricultura y horticultura intensiva que vemos hoy en día en la zona.
Los principales cultivos son coliflores, papas, maíz, sandía, melones, frijones, lechugas, habas, tomates, y ocasionalmente pimientos. Estos cultivos estan regidos tradicionalmente por el ciclo de la papa, muy apreciada en la zona hasta la actualidad. La superficie se aprovechaba al completo con la plantación en los bardos de cebollas, calabazas, sidra, membrillo, cepas y algunos frutales, como ciruelos, damascos y albérchigos, que favorecían la contención de las arenas de los bardos.
Una técnica de cultivo muy empleada era la llamada "cultivo en trama" consistente en realizar una cavidad en superficie de unos 10 cm de profundidad donde se depositaba la "priva" mezclada con restos vegetales destinada a la fertilización de cuatro plantas dispuestas alrededor. En el caso de la papa la cavidad era más pequeña y solo se le colocaba una planta.
Otra curiosidad era la disposición de la cochinera cavada en profundidad y construidas con un muro de contención. Tras engorde, cuando el nivel de estiércol subía al límite, se realizaba la matanza y utilizaba la cama para la fertilización de los cultivos.
El navazo además se comportaba como una unidad de explotación integrada y diversificada, siendo habitual hasta los años 30 tener más de una vaca, becerros, cerdos, y otros animales en cada unidad familiar. Su producción se destinaba al mercado local y el autoconsumo era escaso.
Lo que sí se sabe es que los navaceros constituían una clase social muy trabajadora, cualificada y de cierto poder económico que ha solventado diferentes crisis productivas. La primera crisis ocurrió en los años sesenta como consecuencia de la mecanización. El empleo generalizado de la bomba hidráulica hizo que su antiguo sistema de riego ya no fuera tan ventajoso. La rentabilidad del antiguo navazo queda en entredicho y los navaceros dieron respuesta con diferentes estrategias: ampliando la superficie de cultivo con la ocupación de la franja comunal en La Colonia, allanando los bardos, creando cooperativas e incorporando los avances técnicos. En una segunda crisis en los años setenta y ochenta, el navacero ha necesitado intensificar aun más su producción para poder dejar a más hijos con medios de producción propios. Como consecuencia de esta intensificación, tenemos la floricultura y horticultura intensiva que vemos hoy en día en la zona.
Muchas las
generaciones que llevan cultivando este navazo en
arrendamiento y ahora debe de abandonar después
de presiones urbanísticas que no entienden de
patrimonio.
En la actualidad, la presión urbanística es fuerte debido al alto valor del suelo que ocupan (primera línea de playa). La carencia total de reconocimiento como patrimonio rural hace que estén desapareciendo rápidamente. Se hace necesario actuaciones encaminadas a su estudio, puesta en valor y posterior conservación de este sistema de cultivo que presenta una entidad propia merecedora, sin lugar a dudas, de su conservación.
Glosario:
Aranzada: unidad de superficie que en la localidad equivale a 4.751 m2
Bardo: talud que rodea a la planicie de cultivo donde se acumulan las arenas retiradas para alcanzar el nivel freático.
Gavia: canal destinado a la recolección de las aguas sobrante de lluvia que se conducían a la poza. Hoyo: termino que se a venido empleando como sinónimo de navazo.
Portillo: rampa que oblicuamente se empleaba para subir o descender a través del bardo normalmente comunicando el cultivo con la vivienda.
Poza: fosa de mampostería situada en el centro del navazo, donde se recolectaba el agua de las gavias para su posterior evacuación a la playa o a otro navazo más cercano a esta.
Privá: lodos procedentes de las fosas sépticas de las viviendas.
Tollo: ensanchamiento de la gavia en forma de cono donde aflora el agua de la capa freática a modo de balsa.
Vallao: situado en la parte superior del bardo y constituido por un seto de yucas y chumberas, es una barrera que impide el acceso de personas y animales al navazo."
Aranzada: unidad de superficie que en la localidad equivale a 4.751 m2
Bardo: talud que rodea a la planicie de cultivo donde se acumulan las arenas retiradas para alcanzar el nivel freático.
Gavia: canal destinado a la recolección de las aguas sobrante de lluvia que se conducían a la poza. Hoyo: termino que se a venido empleando como sinónimo de navazo.
Portillo: rampa que oblicuamente se empleaba para subir o descender a través del bardo normalmente comunicando el cultivo con la vivienda.
Poza: fosa de mampostería situada en el centro del navazo, donde se recolectaba el agua de las gavias para su posterior evacuación a la playa o a otro navazo más cercano a esta.
Privá: lodos procedentes de las fosas sépticas de las viviendas.
Tollo: ensanchamiento de la gavia en forma de cono donde aflora el agua de la capa freática a modo de balsa.
Vallao: situado en la parte superior del bardo y constituido por un seto de yucas y chumberas, es una barrera que impide el acceso de personas y animales al navazo."
Rubén Sánchez Cáceres
Fuente: www.ceconoca.org
* Más información:
2 comentarios:
Interesantísimas las explicaciones de Rubén. Se notaba la pasión con la que hablaba del tema, además del perfecto conocimiento del medio. El trabajo de Luís sensacional, con todo el navazo perfectamente cuidado. Fue una visita de lo más enriquecedora para quienes como yo, desconocíamos ese antiquísimo sistema de cultivo.
Gracias Rubén, gracias Luís, gracias a los organizadores.
Una lástima que el precio del suelo de al traste con una cultura agrícola de ese calibre y con área tan limitada y delimitada.
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