·"Una receta no tiene alma, es el cocinero quien debe darle alma a la receta".


3/25/2021

EL AZAHAR, PRELUDIO DE LA PRIMAVERA SEVILLANA

 El azahar es la flor del naranjo, mandarino, limonero y cedro. 
Su nombre deriva de la palabra árabe "al-azahar" que significa "flor blanca"
Florece en primavera, donde se ven árboles cubiertos de blanco perfumando las calles sevillanas y recordando que ya estamos en el preludio de la Semana Santa, que junto a su olor con el del incienso y la luz de esa época, quedan grabados en la memoria sensorial de todos los que hemos tenido la suerte de disfrutarlos.

Rana flor, soporte de vidrio en forma de cúpula con 19 orificios para poner una flor en cada uno, con soporte de alpaca en forma de pétalos.
Marca VMC. Fabricado en Reims Francia, de principios del S. XX.
En primavera, las calles sevillanas se visten de blanco con sus naranjos en flor y su penetrante fragancia.
La lluvia en Sevilla es una maravilla.

La flor de azahar es muy valorada en medicina y en gastronomía, desde siglos. 

En medicina tiene propiedades sedantes, ansiolíticas e hipnóticas, antidiarréicas; alivia las indigestiones, los dolores de garganta y equilibra los niveles de colesterol, entre muchas indicaciones. También se utiliza para la piel, como curativo y calmante; y para cosmética.

En gastronomía se utiliza como esencia para aromatizar en repostería y la flor entera confitada, entre otros usos. 
INFUSIÓN CALMANTE DE AZAHAR
Ingredientes:
1 chda de flores de azahar
Agua
Preparación:
Poner a hervir agua en un cazo y una vez comience a hervir, añadir el azahar. Retirar del fuego y dejar reposar unos 5 minutos.
Colar y listo para tomar en pequeños sorbos como infusión tibia o fría.
EL MAL DEL AZAHAR

"Cuando abril ya no tiene espera
El naranjo echa la flor.
Y es un cuchillo traidor
Su perfume que al atardecer

Se extiende como la peste.
Y ningún latido animal
Está a salvo de este mal
Que nada ni a nadie respeta.

Se encarama por las paredes
Y moja las sábanas con un grito
Que convoca al espíritu
De todos los nombres de la piel.

Nos roba la voluntad
Y nos envenena
La flor del naranjo,
el azahar.

En las barras de las tabernas
Cantan los viejos marineros
Que la flor del naranjo
Desde alta mar se huele,
Y enloquece a aquellos que,
con la luna, navegan sus trampas
Y no se salva del mal
Quien de su canto no se aleja.

Y que su perfume dulzón
Impregna las aguas hasta
Que el lamento de los delfines
Ablanda el corazón de los tiburones.

Y hace bailar a los cormoranes
Con las gaviotas,
La flor del naranjo,
el azahar.

Puede pasar cualquier cosa
Cuando florece el naranjo:
Que no cobre el tendero,
Que el sastre no tome medidas,
Que se caigan de los andamios
Los albañiles y los pintores,
Que se paren los motores,
Que naufraguen las mentiras.

Que blasfemen los párrocos,
Que lloren los asesinos,
Que regalen los mezquinos,
Ensaladas a los buitres.

Miente como el viento y arde
Como la gasolina
La flor del naranjo,
el azahar.

Todo el orden del mundo se inmola,
El deseo goza de impunidad,
Nada está prohibido ni es pecado
Cuando el azahar vuela.

No hay casa, no hay escuela,
Playa, margen ni peñasco
Donde no deje rastro el mal
Del aroma que nos arropa.

Las faldas son un engorro
Y se caen los pantalones,
Se desabrochan los botones
Y se pierde la virtud y la cordura.

Nos roba la voluntad
Y nos envenena
La flor del naranjo,
el azahar."
Manuel Vicent

LA SAETA
"El azahar y el incienso
embriagan los sentidos.
Ventana que da a la noche
se ilumina de improviso,
y en ella una voz 
¡Saeta!
canta o llora, que es lo mismo:
'Míralo por dónde viene
el mejor de los nacidos...'.
Canto llano... Sentimiento
que sin guitarra se canta.
Maravilla
que por acompañamiento
tiene..., la Semana Santa
de Sevilla" 

Manuel Machado

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